domingo, 12 de abril de 2015

El tiempo y la vanidad

El tiempo relativamente existe en nuestra mente, pues influye en todo lo que acontece en nuestra vida. Pero el tiempo que nos agobia y nos altera, por no coincidir con tal o cual proyecto del pensamiento, viene a ser una epidemia mental, pues nos genera malestar o dolores de cabeza, la medicina moderna ha inventado algo llamado "estrés". Es por ello que es necesario comprender que si existimos para agradar y complacer al reloj y para arrugar nuestra piel, entonces, nada hay que hacer más que envejecer sin ningún sentido y continuar mirando el TV, mientras "el tiempo pasa" o "matas el tiempo".

Sin embargo, si lo que siempre has buscado es la fuente de la eterna juventud, a través del uso del tiempo (que este circule a tu favor) te recomiendo que comiences por ejercitar tu respiración, adecuándola al ritmo de los latidos de tu corazón, para ello se requiere primero, aprender a meditar para transgredir los valores pesados del tiempo, que no son otra cosa más que los cúmulos de pensamientos que traemos en el archivero de la memoria, y que estamos llevando a cabo en distintos momentos en el que nuestro cuerpo físico realiza otra actividad, es decir, no estamos en lo que estamos, y sobre todo, perdemos el tiempo vanamente en cosas que no están ocurriendo de momento en momento, lo que conlleva a una sobre carga de nuestras neuronas, somos genocidas de neuronas.

La filosofía de la momentaneidad significa estar en cuerpo físico, mente y conciencia, lo que los indostanes llaman en sus prácticas CLAVE SOL: SUJETO-OBJETO-LUGAR. Con ello el tiempo pasa a un cuarto plano que mide lo largo, ancho, alto y fondo. La mente se duerme y despierta la conciencia, es necesario entender que el ser humano se adolece del tiempo, pues únicamente existe con la información que le brindan los cinco sentidos físicos, vista, gusto, olfato, tacto y oído. HAY QUE DESPERTAR CONCIENCIA, para transgredir los valores pesados del tiempo.

El tiempo en el que se mueven los humanos, es líneas, por lo tanto carece de perspectivas hiperdimensionales, ya que nadie ha experimentado la cuarta dimensión ni las demás que fluyen en el microcosmos mamífero racional, falsamente llamado "hombre".


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